Se sospecha que los rituales herbales han acompañado al ser humano, desde sus orígenes. Quizás incluso antes de que el ser humano comenzará a utilizar las plantas medicinales. Uno de los primeros registros conocidos data de 60.000 años de antigüedad, correspondiendo al paleolítico medio, en las cuevas de Shanidar (Irak). En este enterramiento fueron encontrados unos esqueletos con restos de plantas a modo de ofrendas. Uno de los esqueletos encontrados, estaba cuidadosamente colocado en posición fetal sobre un lecho de efedra junto con varias especies diferentes de flores: milenrama, aciano, cardo mariano, hierba cana (senecio vulgaris), jacinto, y una especie de malva, según se desprende del análisis de las muestras de polen y semillas halladas en el lugar. Todas estas plantas poseen un marcado carácter medicinal. Y la disposición de estas plantas nos indica la presencia de rituales.
¿Pero que es un ritual?
La Real Academia de la lengua española lo define como perteneciente o relativo a rito. Y rito lo define como costumbres o ceremonias, o conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas. El origen etimológico sánscrito proviene de Rita que significa orden, y del latín Ritus que contempla dos acepciones: por un lado, como costumbre o ceremonia; y por otro, el conjunto de reglas establecidas para el culto y las ceremonias. Es decir orden y ceremonia, parecen ser aquí las palabras claves.
Lo que la real Academia de la lengua no define es ¿por qué se han establecido estas reglas y costumbres, por qué se han creído necesarias en esos contextos religiosos o espirituales?. Y quizás mucho más importante ¿Quién establece ese orden o ese rito?
En mi opinión estas costumbres se han establecido, porque son una forma estupenda de trabajar con el subconsciente. Dando una importancia especial al acto que se va a realizar, las sinapsis del cerebro actúan de una forma diferente, las experiencias quedan grabadas, se memorizan y además si se cree ciegamente en este ritual, se activan mecanismos de sanación innatos en cada individuo difíciles de alcanzar con métodos convencionales.
La parte menos simpática de estos rituales es, según mi opinión, que ese orden, el establecimiento de esas costumbres suelen venir de fuera, de una persona de poder, de un sacerdote, un chamán, es decir una persona respetada que ocupa una posición privilegiada en ese grupo social. Esos guías espirituales (que existen en todas las religiones y movimientos espirituales) pueden abusar de su poder, la posición en la que se encuentra se lo permiten y han estado ahí, por lo menos desde el inicio de la agricultura y el sedentarismo en el Neolítico.
Figuras espirituales y de poder en el arte paleolítico
Elisa Guerra Doce Profesora Titular de Prehistoria en la Universidad de Valladolid, escribe en un artículo muy interesante sobre el arte postpaleolítico, donde típicamente podemos encontrar figuras antromórficas con las manos elevadas al cielo, conocidos como los oradores datados de más de 8.000 años de antigüedad (arte macroesquemático). Y oculados, que representan ojos en trance tras el consumo de sustancias psicoactivas. Estas figuras se suponen representan a los Chamanes o guías espirituales de estas comunidades, en situaciones de trance y rituales. Estas figuras representan ceremonias supuestamente causadas por sustancias enteógenas como los restos arqueobotánicos lo demuestran (han aparecido restos de cápsulas de la Amapola del opio y otras Solanáceas).
Y ¿por qué considero el hecho de la existencia de estas figuras espirituales como algo negativo?
El efecto que tenían estas figuras en su entorno social era para muchos individuos beneficioso, incluso diría que milagroso. Pero las considero negativas, porque roban la responsabilidad y el protagonismo. No necesitamos intermediarios para creer ciegamente en los rituales, de hecho tampoco necesitamos aplicar rituales ajenos, lo más importante para que estos rituales funcionen, es creer firmemente en ellos.
Ya sabéis que hablo muchas veces del empoderamiento en la salud y creo que también los rituales son nuestros. Debemos hacerlos nuestros y no creer en figuras que han impuesto un orden o unas serie de costumbres que debemos seguir. Pero es más fácil, en ocasiones, creer en alguien de fuera, que creer en un@ mism@ ¿verdad?.
Hace tiempo que investigo sobre figuras sanadoras a lo largo de la historia. ¿Sabéis qué tienen en común todas ellas, independientemente de su orientación religioso?. Pues que todos y cada uno de estos personajes, tienen una fe, una creencia brutal en lo que hacen, sean mandados por una fuerza divina, la virgen María, un espíritu maestro, lo que sea. Todxs creen ciegamente en la legitimidad de lo que están haciendo y es esta confianza en sí mismos, esa enorme autoestima, ese carisma lo que hace posible que otros individuos confíen plenamente en los rituales. No todos ejercen su poder de forma negativa, es más, la mayoría de ellos realizan una gran labor. Lo que yo digo es que no es necesaria la existencia de esas figuras para disfrutar del enorme poder sanador de los rituales.
Créeme que para cada situación problemática en la que de manera racional no encuentres ninguna solución, puedes crear un ritual hecho a medida para ti, si tu crees en él, si de verdad crees en él lograrás éxito en tu cometido.
De esto ya habla la Psiconeuroinmunología, una nueva disciplina que trata del efecto que tienen nuestros pensamientos en el sistema inmunológico. El término se queda un poco corto, porque ya se ha demostrado el efecto que también tiene nuestra psique en el sistema endocrino, cardiovascular, respiratorio, digestivo, etc. Tenemos receptores de péptidos neurotransmisores como las endorfinas, la serotonina, GABA, acetilcolina, etc. en todo nuestro organismo. Candance Pert en su maravilloso libro “las moléculas de la emoción” habla de ello. Estas partículas son las partículas de comunicación interna, a veces la mezcla de ellos generan ciertas emociones. De hecho el coctel de estos neurotransmisores es lo que conocemos como emociones, emociones que producen no sólo cambios psíquicos, sino también cambios fisiológicos en nuestro cuerpo.
Y qué me dices del Placebo en los rituales herbales
Por no hablar del demonizado “Placebo”. Prueba irrefutable del efecto que puede tener la mente en el efecto positivo (placebo) o negativo (nocebo) de una sustancia «inocua» en el organismo. El placebo se suele usar en estudios científicos con humanos, a un grupo se les proporciona la sustancia medicinal y al otro grupo, al grupo Placebo, una sustancia inocua. Sólo si el efecto beneficioso en el grupo de probantes que recibe la sustancia medicinal es claramente mayor que el grupo de placebo, se acepta el fármaco para su comercialización. Porque en el grupo placebo, siempre, siempre, hay gente que mejora, y esto es únicamente porque se autoconvencen de ello. Pero el placebo no sólo se da en sustancias inocuas, también en sustancias con propiedades medicinales como los fármacos o las plantas existe el placebo. El mismo fármaco puede funcionar estupendamente en la persona que confía en él como si fuera la panacea y causar reacciones adversas en alguien que tiene miedo de los efectos secundarios. Esto está estadísticamente demostrado.
El placebo no es un ritual, pero es prueba irrefutable del poder del convencimiento presente en los rituales.
¿Y por qué no sacar beneficio del placebo y del poder de la mente en los rituales herbales?
Por qué no usar rituales herbales y a partir de ellos convencernos de que lo que estamos haciendo va a provocar una mejora en nuestra situación problemática (sea de origen físico o psicológico). Con esto no quiero decir que toméis, ni que dejéis de tomar fármacos o plantas medicinales. Lo que quiero decir es que lo acompañéis siempre de rituales para mejorar el resultado.
La medicina tradicional es rica en este tipo de rituales herbales. Me encanta, lo reconozco, recopilar estas tradiciones hermosas y poéticas. Muchos de estos rituales se basa en la “medicina por endoso” como definiría el gran Pío Fonquer. Donde se endosa la enfermedad a un animal o planta y de esta forma uno se libra de ello. A veces la cebolla albarrana “te seca las almorranas” sólo colocándola debajo de la cama. Otras es el marrubio, que orinando sobre él durante 9 días, te sana la ictericia. El sinbúscalo de la amantis religiosa puede librarte de un dolor de muela, o la raíz del cardo corredor de cualquier escocedura.
A veces, estos rituales herbales van acompañados de pequeños salmos o rimas, como la del marrubio
“Buenos días marrubio, te vengo a visitar con una mijina de orina y unos granitos de sal”,
Dicho popular
“ Lo que no cura el médico, lo cura el érico (Prunella vulgaris)»
Dicho popular
“¡almorranas traigo, almorranas llevo, tómalas tú que yo no las quiero!”
Dicho popular
Existen cada vez más autores y disciplinas que os invitan a esto, como la programación neurolingüistica, donde a base de repeticiones podemos cambiar patrones de comportamientos. O el método Silva, o los 12 pasos de la magia de Jose Luis Parise. Todos estos métodos se basan en lo mismo: el infinito poder de los rituales o mejor dicho el poder que puede tener nuestra mente para provocar cambios dentro y fuera.
Te hablaré de cómo hacer tu ritual herbal en mi siguiente entrada.
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Este es el enfoque que comparto en mi consulta online herbal no sólo buscamos la planta o las plantas que puede ayudarte a encontrar tu equilibrio natural y de esta forma darle al organismo el impulso que necesita para recuperar la homeostasis. Si no que nos apoyamos de rituales y afirmaciones que ayudan a despertar las capacidades innatas de cada individuo para su recuperación. Si te resuena y quieres reservar una consulta herbal particular encontrarás más información al final de esta publicación.
¿Y la magia de los rituales herbales?
Pero ¿hay algo mágico en los rituales herbales?. Pues mira, yo no lo descarto, aunque esto no se pueda demostrar. En ocasiones uno tiene que enfrentarse a lo inexplicable, como el caso de que los rituales también funcionen en ganado y en animales de compañía, y estos creo que no entienden de placebo, ¿o sí? Pero, por ahora, la magia no se puede demostrar científicamente, hay que creerla y si crees en ella, exista o no, seguramente te será de gran ayuda, sin efectos secundarios, ni costes adicionales.
Fuentes y bibliografía recomendada:
- Plantas sanadoras, presenta, pasado y futuro
- Prácticas mágicas en la medicina popular de un pueblo extremeño de colonización
- Las Enseñanzas secretas de las plantas. Stephen Harrod Buhner. Ed. Inner Traditions. 2004
- Casualizar. Jose Luis Parise. Ed. de los 4 vientos. 2014
- El Dioscórides renovado. Pío Font Quer. Editorial Labor 1961
- El método Silva de control mental. José Silva et al. Ed. B de bolsillo. 2010
