Si estás leyendo esta entrada, seguramente te preocupe, como a mí, la calidad del agua. El agua es un bien indispensable para el desarrollo saludable del ser humano. Sin embargo, no lo valoramos como debiéramos, contaminándolo con todo tipo de productos de consumo. Pero, ¿es saludable el agua que bebo? Tristemente no, no lo es, vas a ver que Asociaciones ecologistas junto con instituciones Europeas están de acuerdo con esto. Aunque en cuestión de higienizar el agua de parásitos y agentes infecciosos se ha avanzado muchísimo, existen nuevos peligros emergentes debidos a la contaminación, que son responsables de problemas de tiroides, hormonales, enfermedades autoinmunes, problemas de crecimiento, alergias, enfermedades metabólicas, incluso cáncer.
¿De qué contaminantes estamos hablando?
Estamos hablando de:
- restos de pesticidas y herbicidas,
- nitratos procedente de la ganadería extensiva,
- disruptores endocrinos, como el teflón, ftalatos, parabenos, BPA,
- metales pesados como el mercurio, el plomo, el arsénico o el Cadmio,
- microplásticos,
- hidrocarburos aromáticos policíclicos,
- restos de productos farmaceúticos: antibióticos, antiinflamatorio, la píldora anticonceptiva, etc.
La Asociación ecologista Greenpeace habla de que anualmente se vierten 1.000 nuevos químicos al medio ambiente, con un total de 100.000 nuevas sustancias químicas (diseñadas por el ser humano) desde el inicio de la industrialización. Lo peor no es el efecto nocivo de esas sustancias en el individuo, sino el peligroso cocktail químico que se genera de incalculables consecuencias.
“Rachel Carlson en su libro la primavera silenciosa hablaba ya de esto a finales de los años 60. Demostrando que la mezcla de diferentes vertidos podía generar sustancias potencialmente más peligrosa que sus componentes originales”
Te hablo de esto en el programa del lince con Botas del canal de Extremadura
Estamos exagerando o son estos productos verdaderamente tan peligrosos
Quizás podamos pensar que las Asociaciones ecológicas siempre están exagerando y que el problema no será para tanto. La realidad es, que la Unión Europea en el año 2020 publicó la “Regulación de aguas potables, directiva 2020/2184” donde se aborda este mismo problema. Cito textualmente.
“…los efectos en la salud humana de compuestos emergentes, como los compuestos con propiedades de alteración endocrina, los productos farmacéuticos y los microplásticos, por el uso de agua destinada al consumo humano, y de examinar los nuevos compuestos emergentes en la cadena de suministro…”
“Regulación de aguas potables, directiva 2020/2184
En esta directiva los estados miembros se comprometen a controlar y regular los valores de estas y otras sustancias tóxicas, hasta el 2026, -ya veremos si hay prorroga- y reconocen su preocupación por la creciente toxicidad y los efectos nocivos en la salud de todos estos productos de creación humana.
¿Y esos contaminantes no se filtran en las depuradoras?
No es saludable el agua que bebo, ya que las depuradoras no están diseñadas para filtrar estos contaminantes tan peligrosos. Podrían hacerlo, si se modificaran, por ejemplo con: filtros quelantes, lixiviadores de RSU (Residios sólidos urbanos), sistemas oxidativos o de ozono, ósmosis inversa u otros tratamientos orgánicos como biodegradación con hongos. Me imagino que el coste que supondría esta adaptación es inmenso, no lo puedo valorar. Pero quizás se invierte capital en otras cosas menos importante que el agua y la salud, y el tema, según mi opinión, requiere un tratamiento prioritario.
Para complicar el tema estas sustancias se encuentran en proporciones muy bajas, no sólo son difíciles de filtran, sino que son difíciles de detectar con análisis convencionales. Estas bajas concentraciones de 1 entre un millón, sólo pueden detectarse con espectrografía de masas en análisis bastante costosos.
Pero ¿Es esa concentración suficiente para generar problemas de salud?
Desgraciadamente sí, porque primero, hacemos un uso continuado del agua del grifo. Si seguimos las recomendaciones de consumo saludable de agua: más de dos litros al día por persona y segundo porque estas sustancias de diseño químico, son nuevas para el organismo y nuestros mecanismos de desintoxicación no tienen herramientas para eliminarlos, acumulándose en los organismos en concentraciones bastante dañinas a lo largo de nuestras vidas.
No quiero ponerte mal cuerpo con toda esta información, pero Greenpeace valora que el 44% de nuestros acuíferos se encuentran actualmente en un estado irrecuperable debido a la contaminación. Casi la mitad de nuestras reservas de agua son inservibles y el resto están contaminadas. No es saludable el agua que bebo, aunque ojala que en un futuro cercano inventemos algún mecanismo de depuración que revierta todo el daño que (nos) hemos causado con la contaminación. En cuanto al agua se refiere, posiblemente tenga razón el famoso analista financiero Michael Burry interpretado por Christan Bale en la película “la gran apuesta” cuando afirmó que a partir de ahora, él iba a invertir en el agua, por la posible precariedad de esta en un futuro.
Es saludable el agua que bebo clorada
El uso del cloro, supuso, cuentan algunas fuentes, una reducción en la incidencia de muertes por gastroenteritis y otras enfermedades infecciosas. La guerra contra los patógenos, hoy se encuentra bastante controlado, con pocos brotes locales y puntuales. Sin embargo, no se han tenido en cuenta los efectos nocivos del cloro y sus derivados. Los niveles permitidos, se superan muchas veces en aras de la higiene y mientras tanto se ha demostrado que la exposición continuada al cloro:
- Interviene en la asimilación del Yodo, provocando o empeorando muchos problemas de Tiroide.
- Empeora o genera problemas respiratorios, como el Asma.
- Daña a nuestra microbiota y por ende a nuestro sistema inmune.
Te hablo del agua clorada y de si es saludable el agua que bebo en este video
¿Qué soluciones hay?
Todo esto da bastante miedo, pero es importante saberlo, para poder tomar medidas. A nivel local y nacional estamos en manos de las autoridades, que no van a correr el riesgo de alarmar a la población. Pero nosotros en nuestras casas podemos tomar muchas medidas para solucionar el tema:
– Primero, intentar reducir o eliminar todos los productos de limpieza, cosmético y químicos que usamos en nuestros hogares. Reducir nuestro armario de productos de limpieza al limón, el vinagre y el bicarbonato. Estos productos son inocuos para el medio ambiente, pero desinfectan igualmente, como os cuento en el taller limpieza y salud.
“ Decimos que huele a limpio, cuando olemos a lejía y a otros productos de limpieza y nos quedamos tan tranquilos por la higiene. Sin embargo, nos estamos exponiendo a químicos muchísimo más peligrosos que cualquier patógeno”
– Segundo, no comportarnos como si los desagües del inodoro, el lavabo o el fregadero fuera un elemento mágico donde desaparecen todas las mierdas y productos indeseados del hogar. Esto os parecerá obvio, pero es un enorme problema para las centrales de depuración de ciudades y pueblos. Hay gente que tira hasta pinturas y disolventes por el desagüe.
– Tercero instalar filtros individuales para filtrar el agua potable para tu consumo personal. Existen diferente tipos de filtros en el mercado capaz de hacer saludable el agua que bebes. Sobre mi experiencia y peregrinaje con distintos filtros, te hablaré en la próxima entrada.
– Cuarto, de una a dos veces al año, someternos a un detox suave, para eliminar las posibles sustancias acumuladas. Si quieres saber más sobre la importancia del Detox, pulsa aquí.
Conclusión
Yo he dejado de poner en mano de las competencias mi salud y la de los mios. Es un camino que da miedo, porque no dejas de ir a contracorriente. Sin embargo, cuando te enfrentas a ciertos datos ya accedes a cierta información es difícil mirar para otro lado. Y aunque hay ciertas cosas que no se pueden modificar, aún tenemos muchas herramientas que podamos utilizar. No es justo que en el caso del agua, sólo puedan beber agua saludable, personas con acceso a información o con posibilidades económicas para permitirse comprar ciertos filtros. El plan de acción del 2021 de la Unión Europea “Hacia una contaminación cero del aire, el agua y el suelo” espero que tenga éxito y sirva como modelo para otras sociedades menos privilegiadas. No soy ingenua, sé que es complicado, y quizás nuestra generación no viva para ver el resultado, pero confío que más tarde o más temprano, el ser humano recupere la razón y deje de contaminar el medio donde habita.
Fuentes:
- La primavera silenciosa. Rachel Carson. 1962
- Programa “La primavera silenciosa”. Lince con botas. Canal Extremadura
- Regulación de aguas potables, directiva 2020/2184
- Los contaminantes de preocupación emergente: la amenaza difusa. Domingo Zarzo. 2022
- La calidad de las aguas en España. Un estudio por cuencas. Greenpeace. 2005.
- ToxFAQs™ – Cloro (Chlorine). Agencia para sustancias tóxicas y avisos de enfermedades ATSDR.
- Cloración del agua potable y efectos sobre la salud: revisión de estudios epidemiológicos. Cristina M. Villanueva et al. 2001.
- Vinculan el consumo de agua del grifo con la depresión en pacientes con hipotiroidismo. La Voz de Galicia.
- Effects of chlorine dioxide on thyroid function in the African green monkey and the rat
- Toxicity of chlorine dioxide in drinking water
- Nadar en una piscina clorada se asocia con cambios en niveles de metabolitos en la sangre.
