La Filipéndula un gran antiinflamatorio natural
Llevo mucho tiempo queriendo escribir sobre antiinflamatorios naturales, sobre la filipéndula y sobre otras plantas con efecto similar al de las aspirinas. Pero también del mal uso que se les da a los fármacos antiinflamatorios, que se consumen como si fueran gominolas.
A muchos se les olvida, que hace relativamente poco tiempo que existen los medicamentos en su forma sintética. La aspirina, se dice, que fue uno de los primeros fármacos sintetizados. Según la empresa Bayer su invención por Felix Hoffmann se remonta a 1890.
Qué son los fármacos sintéticos
Pero, ¿qué significa esto de sintetizar?. Pues bien, determinados principios activos de las plantas sirvieron de inspiración para copiar estas moléculas en el laboratorio. Y aunque a los científicos, y en general al sistema, le cueste aceptarlo. Todavía el ser humano, no es capaz de imitar al 100% a la naturaleza. Tomemos como ejemplos los aceites esenciales. Los sintéticos, huelen de forma idéntica que los naturales, pero pierden todas y cada una de sus propiedades medicinales.
¿Cómo puede ser esto posible?
La química orgánica, es una disciplina muy compleja, que aún está en pañales. Las plantas, que a veces me parecen como pequeños y sofisticados laboratorios, han estado desarrollando fórmulas químicas a base de prueba y error, durante 150 Millones de años (sí lo has oído bien, como referencia la especie del ser humano es un recién nacido de aproximadamente unos 250.000 años). 150 millones de años en los que han desarrollado combinaciones químicas estables para luchar contra parásitos, hongos, virus, bacterias, … etc. Esas mismas propiedades de las que el ser humano puede sacar provecho.
En el caso de las Aspirinas, los precursores naturales son los Salicilatos con propiedades antiinflamatorias y antipiréticas. Pero en la naturaleza, no se encuentran de forma aislada, sino que se dejan acompañar de otros fenoles, algunos de ellos con propiedades antioxidantes, mucílagos balsámicos, taninos, … etc. Estas sustancias no son un estorbo, ni mucho menos desechables, si las retiramos, como es la práctica común de la industria farmacéutica, aparecen, con total seguridad, los efectos secundarios. Porque ese perfecto coctel químico de las plantas es producto de la evolución de millones de años y el producto es una fórmula perfeccionada y segura.
Pero ¿por qué lo hace la industria?
En mi opinión, pienso que es una mezcla de muchos factores:
- en parte, el método científico tiene sus limitaciones y no es fácil poder sopesar circunstancias complejas y sinergias de compuestos. Por lo que la ciencia, muchas veces, simplifica, toma suposiciones para poder obtener resultados. Elige el componente con más potencia y supone, que es el único que aporta propiedades medicinales a la planta.
Por ejemplo, supone que el efecto en animales es igual al humano, supone que la raíz tiene el mismo efecto que la parte aérea, que una tintura es lo mismo que una infusión, y que es lo mismo un gramo durante 3 meses, que 30 gr. durante 3 días,… etc. (algunos de estos ejemplos son verídicos sacados de publicaciones médicas reales.)
- En parte debido al complejo divino del ser humano, que siempre cree que puede perfeccionar a la naturaleza. Esto lo llevamos intentando desde la invención de la Alquimia. A veces se hacen patentes nuestros errores, como en el caso de la comercialización de la heroína como jarabe infantil para la tos a finales del s. XIX.
Antes de descubrir los problemas de dependencia que generaban los alcaloides opiáceos de la «Papaver somniferum«, estos se comercializaban sin receta. Hoy en día se sabe y se usa con precaución sustancias como la Morfina y la Codeína. La heroína ha quedado en desuso por los problemas que ocasiona.
- En parte, la planta al completo no se puede patentar y no da tantos beneficios, pero un principio activo sí. En el caso de la corteza del sauce, sus salicilatos se sintetizaron y se mejoraron llamándolo aspirina (por poneros un ejemplo).
- En parte porque, desde que dejamos de vivir en la naturaleza y nos retiramos de ella, al ser humano le pone muy nervioso el no tener el control. Un medicamento, tiene una dosificación standard. Aunque las necesidades de cada individuo son muy diferentes, dependiendo del peso, la edad, la constitución, el género, … etc. Pero el tener una dosis única para tod@s es más sencillo y nos da cierta sensación de control. Las plantas, sin embargo, pueden variar en concentración de contenidos, por eso en el herbalismo no hay dosis standard.
- Y por supuesto, la síntesis de estos principios activos son mucho más económicos en la producción que la extracción de elementos naturales.
De esta manera, aumenta el margen de beneficios y sólo tienen que convencer a los consumidores que su producto es el mejor. O quizás, mucho más eficiente, convencerlos que los remedios naturales son peligrosos y/o ineficaces.
Esto es absurdo y muy reduccionista. Porque como os cuento en el video, la guerra entre medicamentos y plantas no tiene ningún sentido, porque proceden de lo mismo. Ahora bien, cada uno tiene su campo adecuado de actuación.
Cuando necesito con carácter de emergencia que algo tenga un efecto rápido, quizás sea mejor echar mano de un fármaco. Sobre todo, en caso de plantas en las que la dosis medicinal se encuentra muy cercana de la dosis tóxica o incluso letal. Pero para tratamientos crónicos o para tratar la causa que están provocando la dolencia y no los síntomas, es mucho más aconsejable usar extracciones naturales en forma de infusiones, tinturas, siropes,… etc. Porque estas no presentan, aplicadas con conocimiento, efectos secundarios.
Por suerte, cada vez hay más profesionales de la salud, que así lo ven y siempre que los protocolos de actuación se lo permiten, complementan las disciplinas con remedios naturales.
En algunos Países más que en otros. Ya sabemos que en España queda mucho por hacer. La fitofobia está muy arraigada en todos los estratos sociales, pero soy de la opinión que estamos en buen camino, la medicina convencional se topa con muchas limitaciones y las plantas siempre han estado ahí para ayudarnos y pueden hacerlo de una forma suave y segura.
La Filipéndula (Filipendula ulmaria)
En el video que os muestro a continuación hablamos de la Filipéndula, la Ulmaria o reina de los prados. El caso de la Filipéndula es, como poco, sorprendente. El perfecto ejemplo de como la planta en su conjunto, no sólo, no acarrea efectos secundarios, sino que además mejora patologías preexistentes.
La Filipéndula inspiró el nombre de la aspirina. Derivado del antiguo nombre científico de la Filipéndula «Spiraea ulmaria«. Una planta rica en Salicilatos, con propiedades antiinflamatorias, antipiréticas (contra la fiebre) y anticoagulantes.
Los frutos en forma de Espiral de la Filipéndula, dieron nombre a la Aspirina
La Aspirina como «Antiinflamatorio del tipo no esteroide» (NSAID en su siglas en inglés) actúa en nuestro organismo inhibiendo las Prostaglandinas. Las prostaglandinas están relacionadas con un sinfín de mecanismos en el organismo, entre ellos la fiebre y la inflamación. Pero no sólo eso, también se encargan de renovar la mucosa del estómago, funciones renales y uterina… etc. Una aspirina no pregunta, -a ver, ¿cuál es tu función Prostaglandina, a tí si te inhibo, a tí no?- las inhibe a todas, por eso conlleva algunos riesgos el abuso de estos fármacos. El más conocido es el de las molestias gástricas, porque reducen la producción de mucosa en el estómago, pero no es este el único problema que pueden ocasionar.
El consumo de estos fármacos de una forma puntual no suponen un problema grave. Pero si los tomamos de una forma continuada, como parece ser tomados por much@s, entonces si que nos estamos exponiendo a peligros reales. Desde úlceras gastroduodenales, problemas cardiovasculares, … hasta fallo renal y por desgracia no estoy exagerando. Si te interesa conocer otros antiinflamatorios de tipo natural, puedes consultar la entrada: Las propiedades medicinales del Jengibre en este mismo blog.
Os dejo 3 publicaciones médicas sobre el tema, pulsa en los links para más información:
La Filipéndula como antiinflamatorio natural, es más lenta en su actuación que los fármacos, pero no presenta efectos secundarios, es más, es un remedio para patologías digestivas, que van desde la acidez de estómago, la dispepsia o la úlcera. ¿No es maravilloso? Es por eso, que es una de las plantas que he seleccionado para el curso «12 yerbas de verano«. Un curso donde encontrarás las plantas 12 plantas más importantes del verano, que seguro que formarán parte de tu botiquín de emergencia a partir de ahora.
Pulsa aquí para más información sobre el curso
Me encantaría seguir filosofando sobre plantas, pero aquí os dejo el video, donde os cuento sobre estos inicios de las plantas. Ya sabéis, si os ha gustado, hacédmelo saber, es mi mejor recompensa para poder seguir creando este tipo de contenidos.
Antiinflamatorios naturales, la Filipéndula
Tenemos más publicaciones sobre plantas del verano en este blog, no te pierdas